Discurso político de la mafia

28 Agosto, 2018

Por ERNESTO LUCENA

En los últimos 50 años, medio siglo, la mafia del narcotráfico se ha ido apoderando de América latina. Lo que comenzó con grupos dispersos de bandidos temerarios, con improvisación y sin mayor organización, es hoy una verdadera multinacional del crimen. América latina es el epicentro de ese imperio. Sus capos a todos los niveles se reciclan diariamente. Manejan toda clase de tecnologías de punta. Pero lo más importante es que ya cuentan con verdaderos ideólogos del crimen para enfrentar a la sociedad tradicional. Solo como abrebocas quiero mostrar uno de esos “pensadores” de esa mafia que opera desde una cárcel de Brasil, cuyo mensaje doctrinario está en la mente de todos los nuevos y viejos capos del continente Americano. Se llama Marcos Williams Herbas Camacho conocido con el alias de Marcola, considerado desde hace 25 años enemigo número 1 de la justicia brasilera, es un sujeto culto y audaz que cuenta con el respeto de los criminales del narcotráfico. Dice haber leído más de 3000 libros. Habla del nacimiento no de una nueva clase sino de una nueva “especie” que presume haber ganado la guerra a nombre del crimen. Me limito a transcribir apartes de una entrevista publicada por O Globo de Brasil:

“…yo soy una señal de estos tiempos. Yo era pobre e invisible, ustedes nunca me miraron durante décadas y antiguamente era fácil resolver el problema de la miseria. El diagnóstico era obvio: migración rural, desnivel de renta, pocas villas miseria; la solución nunca aparecía…¿Qué hicieron? Nada. ¿ El gobierno alguna vez reservó algún presupuesto para nosotros?. Nosotros solo éramos noticia en los derrumbes de las montañas o en la música romántica… ahora estamos ricos con la multinacional de la droga. Y ustedes se están muriendo de miedo. Nosotros somos el inicio tardío de vuestra conciencia social. Yo soy culto. Leo al Dante en la prisión.
¿Solución? No hay solución hermano. La propia idea de solución ya es un error. ¿Solución, cómo? Solo la habría con muchos millones de dólares gastados organizadamente, con un gobernante de alto nivel, una inmensa voluntad política, crecimiento económico, revolución en la educación, urbanización general y todo tendría que ser bajo la batuta casi de una “tiranía esclarecida” que saltase por sobre la parálisis burocrática secular, que pasase por encima del legislativo cómplice. ¿o usted cree que los chupasangre no van a actuar?. Y del judicial que impide puniciones. Tendría que haber una reforma radical del proceso penal del país, tendría que haber comunicaciones e inteligencia entre policías provinciales y federales (nosotros hacemos hasta “conference calls” entre presidiarios…) y todo eso costaría billones de dólares e implicaría una mudanza psicosocial profunda en la estructura política del país. O sea: es imposible, no hay solución.
Ustedes son los que tienen miedo de morir, yo no. Mejor dicho aquí en la cárcel ustedes no pueden entrar y matarme, pero yo puedo mandar matarlos a ustedes allí afuera. Nosotros somos hombres bomba, hay 100.000 hombres–bomba, estamos en el centro de lo insoluble mismo. Ustedes entre el bien y el mal y, en medio, la frontera de la muerte, la única frontera. Ya somos una nueva “especie”, ya somos otros bichos diferentes a ustedes. La muerte para ustedes es un drama cristiano en una cama. La muerte para nosotros es la comida diaria, tirados en una fosa común. ¿Ustedes intelectuales no hablan de lucha de clases? de ser marginal, ser héroe?. Entonces ¡llegamos nosotros! ¡ja,ja,ja…!, mis soldados son extrañas anomalías del desarrollo torcido de este país. Hay una tercera cosa creciendo allí afuera, cultivada en el barro, educándose en el más absoluto analfabetismo, diplomándose en las cárceles, como un monstruo Alien escondido en los rincones de
la ciudad. Ya surgió un nuevo lenguaje. ¿Ustedes no escuchan las grabaciones hechas “con autorización” de la justicia? Es eso. Es otra lengua. Está delante de una especie de pos-miseria. Eso. La pos-miseria genera una nueva cultura asesina, ayudada por la tecnología, satélites, celulares, internet, armas modernas. Es la mierda con mega bytes. Mis comandos son una mutación de la especie social. Son hongos de un gran error sucio.
Dinero. Nosotros ahora tenemos. ¿Usted cree que quien tiene 40 millones de dólares no manda?. Con 40 millones de dólares la prisión es un hotel, un escritorio. Cuál es la policía que va a quemar esa mina de oro?. Nosotros somos una empresa moderna, rica. Si el funcionario vacila es despedido y colocado en el microondas. Ustedes son el estado quebrado, dominado por incompetentes. Nosotros tenemos métodos ágiles de gestión. Ustedes son lentos, burocráticos. Nosotros luchamos en terreno propio, ustedes en tierra extraña. Nosotros no tememos a la muerte. Ustedes mueren de miedo. Nosotros estamos bien armados. Nosotros estamos en el ataque. Ustedes en la defensa. Ustedes tienen la manía del humanismo. Nosotros somos crueles, sin piedad. Nosotros los tenemos de payasos. Nosotros somos ayudados por la población, por miedo o por amor. Ustedes son odiados. Nuestras armas y productos vienen de afuera, somos globales. Nosotros no nos olvidamos de ustedes, son nuestros “clientes”. Ustedes nos olvidan cuando pasa el susto de la violencia que provocamos.
Les voy a dar una idea aunque sea en contra de mí. Agarren a los barones del polvo (cocaína) hay diputados, senadores, generales, expresidentes en medio de la cocaína y de las armas. ¿Pero quién va a hacer eso? ¿El ejército? ¿Con qué plata? No tienen dinero ni para la comida de los reclutas. El país está quebrado. No hay perspectiva de éxito. Nosotros somos hormigas devoradoras escondidas en los rincones tenemos hasta misiles anti-tanque. Si embroman, van a salir unos Stinger. Para acabar con nosotros solamente con una bomba atómica…
Ustedes solo pueden llegar a algún éxito si desisten de defender la “normalidad”, ustedes precisan hacer una autocrítica de su propia incompetencia. Pero a ser franco, en serio, en lo moral. Estamos todos en el centro de lo insoluble. Solo que nosotros vivimos de él y ustedes no tienen salida. Solo la mierda. Y nosotros ya trabajamos dentro de ella. Entiéndame, hermano, no hay solución. ¿Saben por qué? Porque ustedes no entienden ni la extensión del problema. Como escribió el divino Dante: “Pierdan todas las esperanzas. Estamos todos en el infierno”.
Es un auténtico discurso político de esa nueva “especie”. Por ahora sin comentarios.