Ira en Irán

09 Enero, 2020

Por ADRIANA ARJONA

Ira en Irán. Soberbia en Estados Unidos de América. Soberbia, y gula, y lujuria, y envidia, y codicia. Pereza mental en el resto del mundo. Hasta los no creyentes empezamos a reconocer un perfume apocalíptico.

Ira en Irán. Soberbia en Estados Unidos de América. Trump y su gesto altivo. Él, sintiéndose tanto más y mejor que todos. Él y esos discursos hinchados de frases que lamen su ego: “Nadie sabe de este asunto más que yo”. “Nadie sabe de impuestos más que yo”. “Nadie sabe de construcción más que yo”. “Nadie sabe de financiamiento de campañas más de lo que yo sé”. “Nadie sabe más de tecnología que yo”. “Nadie en la historia de este país ha sabido más de infraestructura que yo”. “Yo sé más acerca de ISIS que todos los generales, créanme, lo sé”. “Yo entiendo las cosas mejor que casi cualquier persona” (Recomiendo ver Everything Donald Trump Is an Expert In, According to Him | NowThis).

Yo. Más. Mejor. Yo. Yo. Yo. El mentón arriba, la mirada necesariamente hacia abajo, y esa boquita fruncida, como de adolescente posando para una selfie, sobregirado en algún método de auto-bronceo. Los ojos casi desapareciendo en medio de esa arena movediza que es su cara. La fatuidad derritiéndole la piel.

Ira en Irán. Y un psicópata al frente del país más poderoso del mundo. Un psicópata al frente del mundo. Psicópatas detrás del psicópata. Gula detrás de todos los psicópatas. Gula y codicia y lujuria y envidia. Nada es suficiente. Lo quieren todo. Todo para ellos solitos. Y “todo” tampoco es suficiente. Quieren todo y más. No solo lo que existe, también lo que está por existir. Y aún más. Afganistán. Irak. Siria. Irán. Todo ese petróleo. Otra guerra. Yummy! Todas esas armas. Money, money, money. Morirán miles de soldados, miles y miles de civiles (entiéndase “soldados” como valientes héroes y “civiles” como daño colateral). Todo por la justicia y la libertad. “God bless America!”.

Ellos le dicen a su país “América”. No se han enterado de que América es un continente. “God bless America”. En esa América no estamos los demás. Solo ellos. En esa América no está ningún país de México hacia abajo. Aunque el ojo ya está puesto en Venezuela. Todo ese petróleo. Otra guerra. Yummy! Todas esas armas. Money, money, money. Morirán miles de valientes héroes; los niños, los hospitales destruidos, las ciudades sin agua ni alimento serán daño colateral. Inevitable. Recuerden que todo es por la justicia y la libertad. “God bless America!”.
Ira en Irán. Tres días de luto por Soleimani. El ayatolá Ali Jamenei amenaza con represalias tremendas, una de las hijas del general asesinado habla de haberse desatado un “odio eterno” contra Estados Unidos y la otra le pregunta a Hassan Rohaní quién está vengando la sangre de su padre. Mientras tanto, los expertos opinan en los noticieros: “Irán tiene que contestar”, “Irán debe contestar”, “Irán no puede quedarse sin contestar”. Y muchos piensan que claro, que deben vengarse, que tienen que ser orgullosos, y dignos, !no se vayan a dejar, carajo! !Ojo por ojo!

Mientras unos y otros derraman la sangre de sus venas en nombre de Dios, de God, de Alá, de Jehová, Yahvé, Hashem, Olam, Betel, Eloha, Elohim, los psicópatas detrás del psicópata planean cómo apoderarse de la sangre de la tierra, todo ese petróleo, otra guerra. Money, money, money. Yummy!

Trump de vacaciones en su centro turístico en Palm Beach, en Florida, tuitea la imagen de una bandera de Estados Unidos de América. China dice estar muy preocupada. Rusia también. Francia ni hablar. Inglaterra en ascuas, además porque Harry renunció a la realeza. Ay Dios, ese Harry, tan díscolo, tan poco serio en medio de lo de Oriente Medio, que es tan serio, que nos tiene a todos tan preocupados.

Aunque, en realidad, no hay de qué preocuparse. El mazacote dueño de ese pelo rubio que ondea con al viento sabe de todo más y mejor que nadie. Seguro que sabe de Irán más que nadie, y de guerras más que nadie, y de armas, y de muertos, y de desplazados, y de huérfanos, y de reconstrucción de ciudades, y de democracia, y de libertad, y de justicia.

El resto del mundo seguirá en esa pereza comatosa que no le permite pensar en cómo detener al psicópata ni a los psicópatas detrás del psicópata.