Piquete de policías agrede brutalmente a un mayor del Ejército y a su esposa, en Bogotá

18 Marzo, 2019

Por LA NUEVA PRENSA

Los abusos policiales brutales en Colombia van en aumento. Un mayor del Ejército Nacional (Diego Fernando Villareal Gómez, de 34 años) y su esposa (Yuli Paola Montaña, de 29) fueron golpeados bestialmente en Bogotá por un piquete de miembros de la Policía Nacional al que llamaron para que los protegiera cuando ella fue atropellada por una motocicleta.

El motociclista huyó del lugar, algunos peatones le cortaron el paso y el hombre regresó enardecido. No auxilió a la víctima, sino que la agredió de nuevo, esta vez a puñetazos.

Estos hechos tuvieron lugar el pasado 13 de marzo frente a un establecimiento de Tostao y luego dentro de él, situado en la calle 167 número 62-48.

Los vecinos llamaron a la policía y la mujer agredida –con lesiones en un brazo, una pierna y un hombro– a su esposo, quien llegó al mismo tiempo que el patrullero policial Renato Jiménez, del cuadrante 57.

El agente policial se negó a proceder contra el agresor inicial, lo protegió y comenzó a golpear al esposo de la señora, quien había entrado con ella al Tostao. El mayor del Ejército Villareal Gómez fue arrastrado hasta la calle por el policial Jiménez, quien lo esposó y procedió enseguida a darle garrotazos en el estómago.

Enseguida, llegó otro policía llamado Brayan Camilo Vanegas, quien procedió a tomar por el cuello brutalmente a la señora Yoli Paola Montaya, le manoseó los senos e intentó ahorcarla, lo que no consiguió debido a la manera desesperada como ella se movía y a las protestas airadas de los ciudadanos que estaban presenciando el intento de homicidio.

Posteriormente quien fue tomado por el cuello (esposado) fue Villareal Gómez. La fuerza del policía que lo estaba ahorcando le impidió respirar y después de un rato cayó al piso sin sentido y convulsionó.

Las dos víctimas de la policía y un grupo de ciudadanos quisieron pedir una ambulancia pero los policiales lo impidieron.

El mayor del Ejército Nacional comenzó a volver en sí y uno de los patrulleros lo devolvió al suelo con un golpe que le reventó la boca.

Los vecinos llamaron al CAI más cercano (del barrio Bavaria) y llegaron más policías, entre ellos una mujer que dijo ser la comandante.

Ninguno de los policiales que acudió al lugar a golpear al matrimonio Villareal-Montaña increpó al motociclista que atropelló inicialmente a la mujer.

El grupo policial agresor se ausentó y el matrimonio brutalmente golpeado salió del lugar, pero la comandante los interceptó y los obligó a ir al CAI con el objeto de que firmaran un documento que cortara toda posibilidad de instaurar un denuncio penal. Ellos se negaron y, entonces, la comandante les impuso una multa de 800 mil pesos.

Al día siguiente Villareal Gómez y su esposa fueron valorados por Medicina Legal e instauraron el denuncio penal del caso en la Unidad de Reacción Inmediata número 60 –URI- de la Fiscalía General.

La comandante policial se encargó de amedrentar a los dependientes del Tostato en donde ocurrieron estos hechos para impedir que les suministraran a las víctimas copias de los videos de seguridad que captaron las golpizas.

No obstante, decenas de testigos filmaron con sus teléfonos y uno de esos registros es el que ilustra esta noticia.